Sobre precios y libres consumidores

Fuente: Miradas al Sur

Consumidores Libres nació como una cooperativa destinada a defender los derechos de los trabajadores compradores de bienes y servicios. En 1992, el exdiputado socialista Héctor Polino fundó la organización, y su primer trabajo fue analizar la calidad de los preservativos. A raíz de ese trabajo, el Ministerio de Salud de la Nación aprobó las normas IRAM que desde hacía un año esperaban el dictado de la resolución correspondiente. Creó la Dirección de Control de calidad, y el registro nacional de preservativos. Luego, hizo investigaciones sobre las propiedades de las hierbas medicinales, los guantes de uso biomédico, y pañales descartables. Más tarde se ocupó de las tarifas y contratos con las empresas privatizadas de servicios públicos, defendiendo los derechos de los usuarios.
Desde hace 18 años, se viene realizando cada 15 días un relevamiento de precios de 38 productos de la Canasta Básica de Alimentos, en los principales supermercados y negocios barriales de la Ciudad. Aceite para cocinar, arroz, carne, jabón, harinas y yerba son los productos más consumidos y los que, a lo largo de la última década, sufren los embates del clima, de los distribuidores y de los formadores de precios.
“Hacemos relevamientos en varios centros de compras. En el caso de los supermercados, uno de capital nacional y otro de capital extranjero, y en distintos comercios de Nueva Pompeya, Caballito, La Boca y Liniers”, cuenta Polino. “Lo hacemos en esos barrios donde vive gente de clase media y clase media baja, y siempre relevamos los mismos lugares, las mismas marcas, las mismas categorías, para que la comparación tenga sentido”, aclara el ex diputado. Su rol: advertir cuando aumentan, cuando bajan y cuando se mantienen los precios. Luego hace un cálculo matemático, un porcentaje, tanto de esa quincena como del mes, y el resultado es la variación de ese artículo en el tiempo. “Por ejemplo, algunas son por razones estacionales, fuertes lluvias, heladas, sequías. Lo hacemos porque la Ley de Defensa del Consumidor (la 24.240, en su artículo 56, inciso g) aclara que para cumplir con nuestro objetivo es imprescindible organizar y divulgar estudios de mercado, de control de calidad y estadísticas de precios”, aclara. “Hace 18 años que lo hacemos, yendo cada 15 días a los mercados, tomando notas. Que es como tomar la lista que está pegada en la puerta de algún supermercado y compararla con otra del mes pasado”, agrega Polino. Simple, pero efectivo

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